Unos 25 millones de niños padecerán hambre en las próximas cuatro décadas por la escasez de alimentos que causará el aumento de las temperaturas, advirtió en la reunión de cambio climático de la ONU en Bangkok el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias.
"Este drama puede evitarse con una inversión de aproximadamente 6.140 millones de euros anuales para aumentar la productividad agrícola y ayudar a los granjeros a afrontar los efectos del calentamiento global", ha afirmado Gerald Nelson, uno de los autores del informe del IFPRI.
"Mejores carreteras, sistemas de riego, acceso a agua potable y escolarización para chicas son esenciales", ha agregado Nelson, en el marco de la conferencia sobre cambio climático que se celebra en Bangkok para preparar la cumbre de Copenhague en diciembre.
El estudio sostiene que los habitantes en los países en desarrollo tendrán acceso a 2.410 calorías diarias en 2050, 286 calorías menos que en 2000; en África será de 392 menos; y en los países industrializados de 250 por debajo.
El año pasado, el aumento del precio de los alimentos básicos ante las noticias de escasez de producción provocó revueltas populares en varias partes del mundo, desde Egipto hasta Tailandia, y decidió a la ONU a celebrar una reunión urgente.
Los líderes del G-20 acordaron la semana pasada en Pittsburgh (Estados Unidos) donar 1.400 millones de euros para combatir el hambre, mientras que la ONU anunció una cumbre sobre el problema en noviembre.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, presionó el pasado fin de semana al Banco Mundial y a otras instituciones multilaterales para que aumenten sus contribuciones al tercer mundo, en un momento en que "aún más personas no tienen acceso a alimentos porque los precios son increíblemente altos a causa de la crisis económica o la falta de lluvias".
Nelson opina que las crisis alimentarias del año pasado, cuando las informaciones de escasez de alimentos básicos desataron protestas en numerosos países pobres y emergentes, fue una llamada de atención.
Etiopía, Kenia, Somalia y Uganda sufren un aumento desmesurado de los precios de los alimentos a causa de malas cosechas y sequías, porque hay zonas del planeta que muestran signos de vulnerabilidad al cambio climático y están cambiando sus ciclos de lluvias, según el IFPRI.
"La población de la Tierra será un 50% mayor que la actual en 2050 (...) los desafíos serán enormes aun sin cambio climático", ha añadido el investigador.
Para Lester Brown, fundador del Earth Policy Institute, la alimentación también es el asunto más preocupante del cambio climático y ha señalado que Asia se encuentra en el epicentro de la crisis.
Por un lado, unos 2.500 millones de personas o cerca de la mitad de la población económicamente activa en los países ricos dependían de la agricultura para su sustento, según datos correspondientes a 2005.
Y por el otro, el 75% de los pobres de todo el mundo reside en las áreas rurales, las más vulnerables a las alteraciones climáticas. "Si continuamos haciendo las cosas como lo hemos hecho hasta ahora, estaremos garantizando con toda seguridad consecuencias desastrosas", ha advertido Nelson.
Unos 4.000 delegados de 179 países participan en la conferencia de Bangkok, que comenzó el lunes pasado y que concluirá el 9 de octubre. Los logros y obstáculos de Bangkok pasarán a la reunión que se celebrará en Barcelona en noviembre, para que ultimen y cierren la agenda de la Cumbre del Cambio Climático de Copenhague.
"Mejores carreteras, sistemas de riego, acceso a agua potable y escolarización para chicas son esenciales", ha agregado Nelson, en el marco de la conferencia sobre cambio climático que se celebra en Bangkok para preparar la cumbre de Copenhague en diciembre.
El estudio sostiene que los habitantes en los países en desarrollo tendrán acceso a 2.410 calorías diarias en 2050, 286 calorías menos que en 2000; en África será de 392 menos; y en los países industrializados de 250 por debajo.
El año pasado, el aumento del precio de los alimentos básicos ante las noticias de escasez de producción provocó revueltas populares en varias partes del mundo, desde Egipto hasta Tailandia, y decidió a la ONU a celebrar una reunión urgente.
Los líderes del G-20 acordaron la semana pasada en Pittsburgh (Estados Unidos) donar 1.400 millones de euros para combatir el hambre, mientras que la ONU anunció una cumbre sobre el problema en noviembre.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, presionó el pasado fin de semana al Banco Mundial y a otras instituciones multilaterales para que aumenten sus contribuciones al tercer mundo, en un momento en que "aún más personas no tienen acceso a alimentos porque los precios son increíblemente altos a causa de la crisis económica o la falta de lluvias".
Nelson opina que las crisis alimentarias del año pasado, cuando las informaciones de escasez de alimentos básicos desataron protestas en numerosos países pobres y emergentes, fue una llamada de atención.
Etiopía, Kenia, Somalia y Uganda sufren un aumento desmesurado de los precios de los alimentos a causa de malas cosechas y sequías, porque hay zonas del planeta que muestran signos de vulnerabilidad al cambio climático y están cambiando sus ciclos de lluvias, según el IFPRI.
"La población de la Tierra será un 50% mayor que la actual en 2050 (...) los desafíos serán enormes aun sin cambio climático", ha añadido el investigador.
Para Lester Brown, fundador del Earth Policy Institute, la alimentación también es el asunto más preocupante del cambio climático y ha señalado que Asia se encuentra en el epicentro de la crisis.
Por un lado, unos 2.500 millones de personas o cerca de la mitad de la población económicamente activa en los países ricos dependían de la agricultura para su sustento, según datos correspondientes a 2005.
Y por el otro, el 75% de los pobres de todo el mundo reside en las áreas rurales, las más vulnerables a las alteraciones climáticas. "Si continuamos haciendo las cosas como lo hemos hecho hasta ahora, estaremos garantizando con toda seguridad consecuencias desastrosas", ha advertido Nelson.
Unos 4.000 delegados de 179 países participan en la conferencia de Bangkok, que comenzó el lunes pasado y que concluirá el 9 de octubre. Los logros y obstáculos de Bangkok pasarán a la reunión que se celebrará en Barcelona en noviembre, para que ultimen y cierren la agenda de la Cumbre del Cambio Climático de Copenhague.
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